Cómplices de la ciudad
Toda ciudad posee habitantes y testigos silentes de su historia, de su sentir y de su evolución. Cada momento, cada palabra y cada caminante parecen quedar grabados como sombras en los espacios transitados.
Pero esa sombra solo puede existir gracias a la existencia misma de la luz, la luz que en la mayoría de las ciudades no sólo proviene del sol que la ilumina y abarca el día sino que también es emanada de las compañeras inseparables de la noche y de la luna a veces esquiva.
Esos caminantes nocturnos fortuitos se esconden de sus haces de luz para ocultar sus historias de romance de oscuro sigilo de terror y de fugacidad.
Pero en el día, estas imponentes silenciosas y casi invisibles estructuras son cómplices inadvertidas de nuestro diario trasegar que apoyando su dura labor nocturna brindan su energía y su luz a la en la ciudad para iluminar las calles, los rincones y los recovecos de diferentes ciudades del mundo, que de manera eterna e imperceptible acompañan a las ciudades y a sus habitantes.
Every city has its inhabitants and silent witnesses to its history, its feelings, and its evolution. Every moment, every word, and every walker seem to be etched as shadows in the spaces they pass through.
But that shadow can only exist thanks to the existence of light itself, the light that in most cities comes not only from the sun that illuminates and embraces the day but also from the inseparable companions of the night and the sometimes elusive moon.
These fortuitous nocturnal walkers hide from its beams of light to conceal their stories of romance, dark secrecy, terror, and fleetingness.
But in the daytime, these imposing, silent, and almost invisible structures are inadvertent accomplices of our daily routine, supporting their hard work at night by providing their energy and light to the city to illuminate the streets, corners, and nooks of different cities around the world, eternally and imperceptibly accompanying the cities and their inhabitants.